jueves, 10 de junio de 2010

Apollinaire





Mi bello miembro asnal introducirán tus manos en el maldito burdel abierto entre tus muslos, ¡qué me importa tu amor con tal de que goces! (pág. 59)

Tengo el alma folladora. (pág. 62)

Igual que Ovidio, expío el crimen de mis ojos, pero no escribiré ni las Tristes ni las Pónticas. Prefiero gozar el tiempo que queda por vivir. (pág. 96)

Y, apuntando su revolver, le voló la cabeza; los senos de la pequeña cortesana saltaron sobre la cara del oficial, como si ella hubiese querido escupir sobre su verdugo. (pág. 115)

Se cumplió la sentencia y los últimos soldados golpearon con su varilla un despojo informe, una especie de carne de salchicha donde ya no se distinguía nada, salvo la cara, que había sido meticulosamente respetada y donde unos ojos vidriosos, completamente abiertos, parecían contemplar la majestad divina en el otro mundo. (pág. 170)



4 comentarios:

  1. fantástico¡¡
    completas una parte de mi inquietud y no cesas en la facultad de sorprenderme.
    Gracias por todas y cada una de las entradas.
    Por cierto no recuerdo si fue entre éstas líneas donde encontré allgún texto de F. Arrabal, sino me aventuro a incitarte a ello.
    Afectuosos saludos

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  2. Ahora la curiosidad está de mi lado, por favor incíteme con F. Arrabal! Seguiré atenta los posts de la banda blanca, ahí lo espero ver. :)

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  3. Apasionante juego el de la curiosidad,
    me permito invitarte a la búsqueda de los siguientes poemas:
    "clítoris" y "mi idolatrada felatriz" ambos del citado Fernando Arrabal, lo siento por el sesgo. Seguiremos jugando y contínuo agradeciendo tu labor en éste y otros blogs.

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