Un amigo me dice que sale de los problemas corriendo, yo salgo volando.
Los momentos de crisis los soluciona saliendo a correr, durante horas. Endorfinas, regulación de ciclos vitales, los efectos saludables del deporte le de vuelven a la vida. Él sale a correr... a mi me da por tomar aviones.
Viajar para encontrar un mundo dentro de un mundo. Para tentar al azar, y que entre las bobinas de hilos danzantes en esa enorme rueda, se crucen dos con exactamente el mismo color. Volar para tomar esa dosis de elixir, esas pócimas de danza maligna y perversa, a veces tan escondidas entre las redes suburbanas que es moverse o morir.
Y me basta un abrazo, ¡uno solo! para volver a tomar un avión.
lunes, 1 de febrero de 2010
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