Pajarillo… siendo cuerda, debo matarte… no estoy dispuesta a abrazarme a más ilusiones. Me duele perder ese dulzor de nuestra estrepitosa e inocente entrega, pero más me duele que no vengas. Llevo mucho tiempo caminando sola, la soledad ya no me asusta, hasta me place. Ahora solo he de curar este bocado que has arrancado de mí. La estampa de la mujer esperando no me la banco, entiéndeme.
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