sábado, 12 de febrero de 2011

Cena con un amigo. Le gusto, abre puertas pero nada me toca, los halagos se caen al piso como cualquier cosa movida por el aire. Estoy sellada. Se han llevado la llave. La jodimos pequeña. Ahora otros tantos océanos de tiempo. Menos mal que me queda el baile y el placer de ser una misántropa a tiempo parcial. Y del baile queda lo que queda, algunos momentos.

Me duele lo que pasa, pero no me hace sufrir. Me veo como una mujer despertando, y abriéndose. Mi ternura es mía, mi encanto es mío. Nos cruzamos a destiempo, la situación es compleja, estás en una transición… o no estoy preparada aún, y esto solo ha sido un casi. Yo también he de pulir y cerrar otros temas. No le tildo de neurótico con un supuesto histeriqueo postconquista. No es así el hombre que me mostró, ya no voy a contarle a las amigas, a veces opinan como ranas envidiosas. Cada uno donde puede.

Lo que no está bien: No está bien hacerme ilusiones con hombres que acaban de “dejar” a la ex. Una ecuación matemática que pasé por alto. Por favor... qué es esta lógica de mierda?! estuvimos por encima de esa psicología de la vida cotidiana para mediocres!! Sigo creyendo que nos tocamos, nos bebimos el alma como dos viejos amigos, lo que me cuesta creer es que uno tenga tanto miedo a abrazarse a lo que quiere.
Me dice que tiene ternura a dos bandas y que no es fácil, le creo solo digo que no puede durar mucho, es como una cuerda floja, en medio no hay paz.

Lo que sé es que si no caminas pronto hacia mí es porque lo que sentiste pasó ligero como un sueño y en ese caso más vale que te des vuelta. Mi tristeza no será eterna. Solo he de esperar, ya tengo casi un doctorado en espera.


Chinsagu No Hana aún en mí.


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