viernes, 23 de julio de 2010

La escala de grises da una perspectiva sensata y saludable. Hay otras realidades no menos ciertas que no caben en el gris, es todo o es ausencia. O entras o sales. No se puede dar un medio abrazo, igual que no se puede amar a medias. ¿Sería menos fustrante una ligereza en el tono? ya... pero no me resulta posible; si es extasis así lo quiero, si es dolor así se siente. Sin trampas, no queda otra ¡aguantalo o huye! pero así es. No es posible pedir a Picasso que pinte con el hemisferio izquierdo. "Sería peor que disimular!"

Aún en el caso que comtemple un gris, será uno concreto, el de la escala 322 y no otro. Seleccionar, elegir, buscar intuitivamente el sentido, es un todo que impica ausencia de otros.

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